Ayer el parlamento francés votó por unanimidad una ley que prohíbe las prácticas llamadas de “reorientación sexual”. ¿Qué implicaban estas terapias? Una supuesta reconversión a la heterosexualidad mediante exorcismo o sesiones de electrochoque, entre otras.
En su cuenta de Twitter, la ministra de Igualdad de Género, Diversidad e Igualdad de Oportunidades, manifestó que "las terapias de conversión, prácticas bárbaras de otra época, ya están prohibidas definitivamente" en el país, por lo que no hay "nada que curar".
Estas terapias buscaban curar la homosexualidad, por ejemplo, a base de religión y medicamentos, realizadas frecuentemente por instituciones religiosas, que incluían prácticas como rezar oraciones y la ingesta de medicamentos.
Y pensábamos que este tipo de prácticas a nadie se le pasaría por la cabeza que estuvieran permitidas ¿no?
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Página/12
El Confidencial
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